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La ascensión al Pico Perdiguero por el valle de Remuñe es -sin duda alguna- una de las vías más impresionantes de acercamiento a este coloso de 3.222 mts. Como casi todos los tresmiles es un pico exigente, que nos obliga a emplear casi todo el día en su ascensión y posterior regreso. Es por esto que debemos salir al despuntar el alba, con las primeras luces -o incluso un poco antes del amanecer-, empezaremos nuestra larga marcha para, de esta forma, regresar al coche aún con luz diurna.

Antes de empezar recalcaremos que esta cumbre es un tresmil. Exige una jornada completa y -aunque tiene una salida fácil- hay que tener mucha precaución, pues si la vuelta se ve complicada por una tormenta repentina, no encontraremos ningún refugio, salvo una cueva existente en las cercanías del Ibonet de Remuñe. Por tanto, cualquier precaución con este pico será poca. Por lo demás y si las condiciones de la montaña y del tiempo son buenas, podremos disfrutar de un precioso pico que tan sólo nos exigirá un buen estado de forma y muchas ganas de triturarse las piernas, así como una voluntad de llegar, a prueba de cuestas.

Comenzaremos la marcha al alba, Hay un camino perfectamente indicado con un cartel, que sale hacia el NorOeste, casi al final de la carretera que parte de Benasque (Huesca) en dirección al Hospital de Benás. Mostrándonos una corta pero empinada rampa, nos despierta y nos hace entrar en calor a las primeras de cambio. Por una senda perfectamente marcada avanzaremos -siempre hacia el NorOeste-, atravesando un precioso pinar que, tras remontar unos 100 mts de desnivel, va desapareciendo, indicándonos de esta forma la rigurosa climatología existente en esta zona.

Dejando en todo momento la preciosa "Aigüeta de Remuñe" a nuestra izquierda, llegaremos a las coquetas praderas de los Ibones de remuñe, en los que se encuentra la discreta Covacha de remuñe, formada por dos enormes piedras apoyadas entre sí. Seguiremos remontando el arroyo, hasta llegar a un punto en que la garganta se cierra, momento en el que deberemos cruzarlo y tomar dirección SurOeste. Nada más cruzar el remuñe, empezaremos a notar cómo las rampas se agudizan mientras -progresivamente-, vamos creando una enorme C, girando primero hacia el Oeste y después hacia el NorOeste para alcanzar, tras dura subida, el Portal de remuñe, sitio en el que será obligatoria una parada para deleitarnos con las privilegiadas vistas hacia el Perdiguero y el Ibón Blanco de Literola. Y con la excusa, un descanso, reposición de fuerzas y un buen asalto a la comida no vendrán nada mal.

Descenderemos (W) el Portal de Remuñe, en búsqueda de la cola del Gran Ibón de Literola. Una vez abajo, lo cruzaremos y empezaremos como tal la subida al coloso Perdiguero. Desde aquí hasta la cumbre nos quedan unos 500 mts de desnivel, durante los cuales tendremos que hacer más de una parada para contemplar las vistas y de paso tomar aire. Esta parte final de la subida es un poco desesperante pues hemos de atravesar hasta dos falsas cumbres, que nos irán mellando a medida que las crucemos. En la parte final habrá que tener cuidado, pues hay que atravesar una delicada arista que -sin ser difícil- sí que precisa de nuestras manos y de nuestra atención, pues siempre suele estar llena de nieve. A todo esto, ni que decir tiene que para llegar a este pico será casi siempre necesario usar los Crampones y el Piolet.

Tras la dura subida llegamos a la cumbre donde unas vistas impresionantes harán que todo esfuerzo haya merecido la pena. Desde esta mole divisaremos fácilmente (si el día lo permite) al vecino Posets (SW), el Bachimala (W) , el Perdido y su glaciar (W), el Aneto (SE) y un sinfín más de cumbres, así como la parte francesa de Pirineos, junto con su lejano valle.

La vuelta podremos hacerla descendiendo hasta la Collada Ubaga, para desde ahí bajar al Ibonet de Literola y finalmente de nuevo a la carretera de Benasque, tras descender todo el barranco de Literola.

O sea, un tute de cuidado apto para que -quien como yo-, no tenga otra cosa mejor que hacer que "regalarse un día de buena paliza montañera". A todo esto, si os encontráis una cámara de fotos digital marca Canon, modelo PowerShot A20, que sepáis que es mía. La perdí en la loma que baja del Perdiguero al Ibon Blanco de Literola.